Originalidad es hacer las cosas por uno mismo y de la manera que personalmente se considere mejor. Original es aquel que rompe los paradigmas para expresar la esencia que llevas dentro, para ser quien quieres ser y no para seguir obsoletos objetos de conducta expuestos por los demás.

Uno de los grandes dilemas que enfrentamos los seres humanos hoy en día es el afán de reconocimiento, de fama, de lucro, de poder; no por decision o deseo personal, sino por referencia, copia o competencia con el otro. En la actualidad adquirimos bienes y servicios, en mayor medida, producto de la competencia y no de la necesidad.

Cuando nos distanciamos de nuestros verdaderos anhelos, sentimientos y visión propia de la vida, imitando parámetros, modelos externos de vida, nos convertimos en réplicas de lo existente. Cada día perdemos la originalidad por querer ser como otros u otras y por vivir la vida ya impuesta por los medios o tendencias del momento.

Estudiar a quienes han llegado hasta donde tu quieres llegar, aprender de ellos y seguir sus enseñanzas, no quiere decir que pierdas la originalidad, no quiere decir que dejes de ser tu mismo. Debemos aprender a tomar esas cosas que admiramos de otros y ponerles nuestra propia marca personal, depositar en ello un poco de nuestra esencia.

Debemos convertir nuestro estilo de vida en uno que cada día nos permita hacer lo que nos guste y nos llene de satisfacción, sin pensar tanto en la opinión de los demás.

Visitemos los lugares que realmente nos interesan y nos permita nuestro presupuesto, no tratemos de vivir la vida que la sociedad nos impone, sino impongámosle a la sociedad la vida que cada uno de nosotros quiere.

Te propongo usar la originalidad para trascender y no para descender, ya verás la satisfacción que da el poder poner en todo lo que haces tu propio sello… Ten en mente: si Dios te hizo original, ¿para qué ser una copia?

Por: Lic. Hernani A . Aquino