A diferencia de muchos otros países, la República Dominicana tiene un curioso estilo de vida que obliga a todo joven a elegir su carrera cerca de los 18 años. Desde antes de terminar el bachillerato inician los tests vocacionales, los análisis de la oferta académica y las aplicaciones a universidades.
Entrar a la universidad no suele ser muy difícil. En la mayoría de los casos habrá un asiento garantizado en una de las tropocientas instituciones de la educación superior dominicana, si tienes el dinero para pagarlas.
Tras unos cuatro (o cinco, o seis) años, dependiendo de las circunstancias, terminarás siendo un licenciado. FELICIDADES, saldrás de ahí creyendo que te vas a comer el mundo, que tienes todo el conocimiento de la humanidad y que mereces ganar el sueldo de un diputado. Te llenas de energía y vas a la caza, sólo para darte cuenta de que, como tu, hay miles, sino millones de jóvenes buscando lo mismo: oportunidades.
En un país con tan alto índice de graduados anuales sólo queda una opción: seguir estudiando. Ésta, junto a la experiencia laboral, son las dos claves para un mejor futuro o al menos la garantía de supervivencia.
¿El truco?
Identificar una mezcla entre qué disfrutas hacer y en qué eres bueno, lo cual no siempre va de la mano (y si tienes duda sólo debes escuchar al 98% de la gente cantando).
Yo iniciaría con los idiomas, aunque generalmente se recomienda arrancar con el más popular, que en nuestro caso sería el inglés, yo te diría que busques el que más te atraiga, si se te derrite el alma al escuchar algunas frases en francés o bailas al ritmo de la pronunciación del portugués DALE con esos, lo importante es que lo disfrutes.
Luego buscaría algún diplomado o postgrado. ¿En qué te gustaría especializarte? Encuentra la rama del conocimiento o el tipo de labores en las que puedes durar horas y seguir con una sonrisa. Busca un centro de estudios e inscríbete.
Algo que debes tomar en cuenta son los ritmos. No es lo mismo estudiar en Intec que en la Universidad del Caribe, están diseñadas para estilos de vida distintos y, para garantizar tu éxito debes ir con el que se ajuste más a tu realidad.
Otro tema es el factor económico, aunque quieras hacer un postgrado en Harvard debes mantener los pies en la tierra. Busca algo que no te haga caer en una situación financiera de la que luego no puedas salir. Recuerda que existen instituciones dedicadas a la financiación de estudios y que hay, incluso en los bancos tradicionales, planes para ayudar a costear la formación con condiciones más flexibles.
Cuando concluyas tu primer idioma y te especialices en un área descubrirás algo buenísimo: ¡ya no eres igual que el resto! Al ir a una entrevista no sólo podrás presentarte mucho más confiado/a, sino que podrás aplicar a una más amplia gama de trabajos.
Al final tu esfuerzo se traducirá en dos cosas: más oportunidades y mejores paquetes de beneficios. Dígase, estarás más cerca de ganar bien haciendo lo que te apasiona.
Confía en mi que estoy iniciando mi doctorado: una vez le tomes el truco, ¡esto de estudiar se vuelve adictivo! No tengas miedo de dar el paso, lo peor que puede pasar es que aprendas algo nuevo todos los días y eso, de por si, es genial.