Detenerse un momento a “investigar” las etiquetas es un sano ejercicio

¿Ha visto ese cuadro negro y blanco colocado a la izquierda de una etiqueta que suele decir “Nutrition Facts”? En inglés o en español, estos pretenden brindar información a la persona compradora respecto a qué exactamente es lo que está adquiriendo. Aunque… ¿le hacemos caso? ¿la entendemos?

El etiquetado de alimentos es el principal medio de comunicación entre los productores de alimentos y los consumidores finales. Este puede ser cualquier documento escrito, impreso o gráfico que contiene la etiqueta del alimento.

Un dato adicional a tomar en cuenta es que las normas de etiquetado de alimentación están sometidas al derecho alimentario propio de cada país.

No obstante existen organismos internacionales como la FAO  que armonizan un conjunto de "buenas prácticas" que sirve de referencia común a los países. Las normas no pueden aplicarse por igual a todos los productos, debido a que algunos de ellos (como por ejemplo el vino, o los alimentos transgénicos) tienen normativas específicas.

El doctor Osvaldo Peña Tió, médico nutricionista, plantea que los factores nutricionales son los diferentes nutrientes que contiene un alimento específico. El mismo deberá describir brevemente el contenido nutricional, en miligramos (mg), gramos y porcentaje, entre otros.

Del mismo modo, deberá incluir también elementos que pudieran ser perjudiciales para la salud como el sodio (sal) grasas saturadas y trans, entre otras.

¿Cómo leerlos? ¿Qué se toma en cuenta? Para el nutricionista, leer la etiqueta de un producto implica cierto aprendizaje. En su caso, “lo más importante” es lo referente al “tamaño de la porción”, o en inglés “serving size”, puesto que toda la información estará vinculada a esa información.

Un ejemplo particular es en el caso de los yogur “0 por ciento grasa”, que señala tener 27 calorías. “Quien no sabe leer la etiqueta puede pensar que el yogur entero tiene esa cantidad”, cuando la realidad es que en letras pequeñas dice que es “por onza”, y el contenedor cuenta seis onzas de capacidad. Esto implica que en realidad son 162 calorías.

El nutricionista hace la salvedad de que, en la ficha de factores de nutrición, deberá de haber una raya negra “más oscura que las demás”, cuestión de que se sepa que -después de eso- lo que viene debe tomarse en cuenta  para esa porción.

Es importante, señala, observar en las etiquetas todos los factores nutricionales. Los más comunes, sobre todo en las etiquetas de las comidas, suelen ser:

Calorias: La energía contenida en los alimentos, la cual es “esencial” para las funciones vitales de los seres humanos.

Estos nutrientes, agrega Peña Tió, se transforman en calorías consumidas mediante los alimentos y el cuerpo, por reacción natural, conserva esa energía para sobrevivir y, si tiene energías de más, las guardará y entonces se produce el proceso de aumento de peso. Esto explica, dice, la importancia de medir su consumo diario.

Otro factor son las calorías de grasa, las que hacen engordar más pues tienen un valor energético más alto. Por ejemplo, sostiene, un gramo de grasa es igual a nueve calorías.

Las grasas saturadas son las más peligrosas. Aparecen normalmente en el tocino y sebo y elevan muchísimo el nivel de colesterol en la sangre, tapando las arterias y aumentando la posibilidad de un infarto. Se les llama saturadas porque no tienen espacio para ser digeridas y por tanto se almacenan en el cuerpo, principalmente en el abdomen.

Las insaturadas suelen ser comúnmente aceites de palma, oliva, girasol y maíz. Estas, a decir del especialista, son más beneficiosas para el cuerpo humano, y algunas poseen nutrientes esenciales que el organismo no produce. También son más fáciles de digerir porque poseen espacios vacios que permiten mezclarse con la bilis producida por el hígado.

Otro valor a observar al momento de leer los factores de nutrición es el sodio, un elemento contenido por todos los alimentos de forma natural. Es, “prácticamente”, la sal común, y su requerimiento en la dieta es de 500 miligramos al día, aproximadamente. Su exceso puede tener efectos negativos en las personas con presión arterial alta.

Y aquí llegamos a los carbohidratos, siempre tan mencionados por las personas en eterna dieta. Nos referimos aquí a la fuente de energía más común en los seres humanos, puesto que son transformados en energía de manera rápida.

Aquí, señala el nutricionista, la recomendación a observar en los factores de nutrición es un consumo de 55 a 65 por ciento de la dieta diaria. Los carbohidratos son necesarios para la producción de nuevos tejidos pues la energía se transmite al cuerpo mientras las proteínas construyen músculos.

La azúcar es una fuente de calorías en la dieta moderna, cuyo principal problema es que sus calorías “son vacías”, sostiene, pues no contienen ni vitaminas y mucho menos minerales. Por esto el cuidado al consumirla, porque no aportan nada más que sabor a los alimentos.

Más valores a observar: las proteínas, que construyen los músculos y hacen que estos crezcan al unirse nuevas capas a los tejidos musculares, razón por la cual son uno de los elementos más importantes de cada alimento.

Finalmente, es importante para la conservación de la salud entender qué cosas estamos comiendo cada día y “como éstas afectan nuestro organismo”. Aunque hay muchos otros factores de nutrición presentes en las etiquetas, lo mejor es entender los básicos para así alcanzar los objetivos nutricionales.

  

No dejar de mirar 

El nutricionista Osvaldo Peña Tió añade que los elementos a siempre tomar en cuenta al momento de buscar en los factores nutricionales va a depender del producto. Por ejemplo, si se va a adquirir un queso tipo tofu, este está elaborado a partir de la soya, por lo tanto puede ser ingerido por cualquier persona que tenga Intolerancia a la Lactosa. Además, “si realmente es de soya”, no contendrá colesterol, dado que éste es exclusivamente de origen animal. Por supuesto, agrega, es una fuente de proteína “igual o mejor” que la proporcionada por un queso que provenga de la leche de vaca, de cabra u otro.

 

Dinero VS calidad 

Atinadamente el Dr. Peña Tió añade, que lo primero es entender el viejo (y certero) adagio: "Somos lo que comemos". No necesariamente lo más caro es lo más sano o conveniente para nuestro cuerpo. De hecho, si te pones a ver, las recomendaciones nutricionales actuales, son "Comer cada vez más cosas de origen vegetal y cada vez menos de origen animal" Si te pones a comparar, el precio de alimentos de origen animal, son generalmente, más caros que los de origen vegetal (Claro, no estamos hablando de Trufas) Los alimentos orgánicos son más caros, porque son de una producción más limitada, pero se recomiendan más que los que no son de origen orgánico.  Tampoco hay que comer carne todos los días; un  huevo, tiene una proteína excelente, de mejor calidad que la de la carne. Calcula el precio de un huevo Vs el precio de una libra de carne

 

Fecha de importancia 

Cuando se está comprando, hay que prestar atención a algunas fechas que están señaladas en el empaque del producto. Algunas son de gran interés para el consumidor final, como la “fecha de duración mínima”, también conocido como “consumir preferentemente antes de”, que es la fecha hasta la que, siempre que se hayan dado determinadas condiciones de almacenamiento, la conservación garantiza su buen estado para ser ingerido.

No obstante, tras esa fecha el alimento envasado puede estar todavía en estado y calidad satisfactorios, siendo la probabilidad menor cuanto más alejado se esté de esa fecha.

[Foto: Tessel Dekke]