La discusión sobre el tema de la celebración del carnaval, la Cuaresma y las fechas patrias en nuestro país se renueva con fuerza cada año cuando llegan los días de febrero.
Varios sectores de nuestra sociedad, entre los que se encuentra a la cabeza la Iglesia católica, han propugnado por la necesidad de celebrar el carnaval como está establecido, esto es, tres días antes del miércoles de Ceniza.
De igual modo, se plantea el hecho de que no hacerlo así, “le quita identidad al carnaval”.
Frente a esto, surgen voces como la del historiador y antropólogo José Guerrero, quien sostiene que, con esta medida lo que se está queriendo lograr es “separar algo que el pueblo unió y que forma parte de su identidad”.
Manifiesta que existe una situación en la actualidad donde los sectores que propugnan por su celebración separada, sobre todo de las fechas patrias, tienen una actitud y una construcción “errada y prejuiciada” sobre las fiestas carnavalescas.
Para demostrar el importante vínculo que tienen ambas festividades, Guerrero trae a colación dos datos que han sido recogidos por folkloristas investigadores de la talla de Fradique Lizardo y Tomás Morel en el sentido de que, tanto en los primeros años posteriores a la Independencia como la Restauración, estas efemérides fueron celebradas con bailes de máscaras o carnavales.
Eso indica, a su entender, que celebrar carnaval y fechas patrias en República Dominicana es un acto de “profunda identidad política e histórica”.
Resaltando el hecho de que el carnaval tiene la potestad de jugar con la integración y la diversidad cultural, coloca el ejemplo de que esta se manifiesta principalmente en los colores utilizados. Los primarios son amarillo y rojo, señalados en el estribillo “ese diablo está pintao de amarillo y colorao”, los cuales son los mismos de la bandera española y que se tomaron como “una crítica hacia lo hispánico en ese momento”.
Luego se agregó el color verde, con la influencia africana y, al integrársele azul y blanco “se agrega lo dominicano”. Guerrero lamenta que no se esté tomando en cuenta la función verdadera del carnaval “que lo hacen un objeto privilegiado de estudio antropológico a nivel mundial”.
Y esta es la de suspender jerarquías e invertir los roles sociales que son necesarios para la convivencia social, función que “solamente lo hace el carnaval, aunque sea lúdicamente”.
También aclara que no es cierto que el carnaval dominicano es el único que se celebra hasta un día antes del miércoles de Ceniza, puesto que dentro de sus investigaciones ha encontrado más de 30 carnavales y festividades en otras fechas, como el 26 de junio para el carnaval de Santiago de Cuba y el carnaval de Colonia, Alemania, comienza el 11 de noviembre.