"No fue nunca/la divisa del instinto de matar/ni fue el rígido/instrumento de la fuerza militar/provocando/las groseras ambiciones del poder/fue tu espada/la divisa del honor y del deber". A todo dominicano en su época escolar le tocó aprenderse el himno a Mella, pero lo que siempre recuerdan es aquella parte de "Disparaste tu trabuco/que rugió como león/despertando las conciencias/y clamando redención" (si cantaste mentalmente esta canción repitiendo los sonidos del trabuco -BUM!- el león -RUAAAAR!- y el despertar como un bostezo, ¡felicidades! tuviste una infancia muy divertida)
El 25 de febrero de 1816 nació en Santo Domingo -entonces viviendo el proceso que la historia ha denominado como "España Boba", luego de la reconquista para España lograda por Sánchez Ramírez frente al ejército napoleónico de Ferrand, quien habría de pasar a la posteridad como uno de nuestros tres padres fundadores. Sí, señores: hablamos de Matías Ramón (¿o Ramón Matías?) Mella y Castillo: el -aunque algunos historiadores no estén muy de acuerdo- estratega militar que llegó a ser vicepresidente del gobierno restaurador hasta su muerte en 1864. Pero.. ¿quién era él? Les contamos.
En efecto, el Patricio nació un día como hoy, 25 de febrero, hace 200 años. No coincidencialmente, hoy es Día de las Fuerzas Armadas dominicanas, dada su formación militar y que la historia lo señala como el estratega de la guerra de guerrillas del proceso de restauración en 1863. Y aunque algunos pongan en duda su éxito militar, podemos al menos decir que es él quien escribe el Manual de Guerra de Guerrillas que dirige por medio de una circular de fecha 26 de enero de 1864 y que recoge toda la experiencia del pueblo dominicano en esta forma singular de lucha.
Matías Ramón fue hijo de Antonio Mella y Francisca Castillo. En el año 1838 se casó con Josefa Brea, joven perteneciente a una familia ilustre del país, con quien procreó cuatro hijos: Ramón María, Dominga América María, Antonio Nicanor e Ildefonso. Su desarrollo político y profesional sucede entre 1822 y 1843, años en los que el presidente haitiano Jean Pierre Boyer dominaba el territorio de la parte española de la isla. En ese período hizo el servicio militar con el que adquirió notoriedad entre sus compañeros y superiores por su seriedad, carácter responsable y por su valor personal.
Mella no fue uno de los fundadores de la Sociedad Secreta La Trinitaria pero entre los años 1838 y 1843 se convirtió en uno de los adeptos más eficaces de esta célula política, lo cual le mereció la plena confianza de Juan Pablo Duarte, quien en enero de 1843 le encarga trasladarse a la villa haitiana de Los Cayos de San Luis, al sur de Haití, para hacer contactos con Charles Hérard y los revolucionarios reformistas adversarios del presidente Boyer.
La táctica de Duarte de aliarse con los enemigos de Boyer, encontró en Mella una persona capaz de sumar a los militares y civiles que encabezados por Charles Hérard, querían el derrocamiento del presidente de la República que tenía más de veinte años gobernando.
Cuando regresó de Los Cayos, luego del derrocamiento de Boyer, Mella se trasladó al Cibao Central como agente propagador del ideal republicano.
Luego de su triunfo, Charles Hérard ordenó la prisión de Mella, Rafael Servando Rodríguez y el sacerdote Juan Puigbert, acusándolos de querer destruir el ejército y los remitió a Puerto Príncipe donde permanecieron dos meses detenidos, regresando en septiembre a la parte oriental.
En enero de 1844 Mella ayudó a Sánchez, jefe del Movimiento independentista por la ausencia de Duarte, a redactar el Acta de Independencia y, a sugerencia suya, se le llevó a Tomás Bobadilla para su revisión. Fue uno de sus firmantes.
La noche del 27 de febrero de 1844 es de los primeros en llegar a la Puerta de la Misericordia. Habían pocos. Se sentían traicionados. Querían abandonar, pero no contaban con Mella y su trabuco.
El resto de la historia de ese día ya se la saben. El trabucazo que les obliga a seguir con los planes, tomar la Puerta del Conde -entrega que ya estaba previamente negociada- proclamar la naciente República Dominicana e izar la primera bandera, cuyo diseño era la misma haitiana pero con una cruz blanca en el centro.
Mella post independencia.
En ocasión del golpe de Estado consumado por los Trinitarios el 9 de junio de 1844, Mella, propuso encargar a Duarte el mando supremo del movimiento. Sin embargo, cuando los conservadores afrancesados asumieron el control total de la Junta Central Gubernativa, tomaron una serie de medidas antiliberales, entre éstas, declarar a Duarte, Mella, Pina y Sánchez “traidores de la patria”, quienes tuvieron que abandonar el país el 22 de agosto de 1844.
Mella se reintegró a la patria 4 años después y tuvo una participación activa en las acciones que culminaron con la derrota a la invasión haitiana del presidente Soulouque (Faustino I).
En 1854 fue nombrado ministro plenipotenciario ante el gobierno español, para gestionar el reconocimiento de la independencia de la nación dominicana.
En 1855 fue ministro de guerra del presidente Santana, cargo que dejó al caer el gobierno del hatero. Fue llamado por el presidente Santana en 1858 y aceptó la Comandancia de Armas en Puerto Plata.
Meses antes de realizarse la anexión a España fue encarcelado y expulsado del país, por su abierta oposición a este hecho. En 1863 tan pronto supo de la revolución restauradora salió de incógnito de Saint Thomas en un barco que pasaría por el Norte del país.
Aquejado de salud no pudo incorporarse a las luchas políticas restauradoras y finalmente, mientras servía a la causa restauradora, el general Mella, enfermó de disentería y murió en la extrema pobreza el 4 de junio de 1864. Murió con la distinción de ser dos veces prócer de la República, pidiendo que lo enterraran envuelto en la Bandera Nacional y, así se hizo. En las cercanías de su muerte, pronunció estas palabras: “Aún hay patria, viva la República Dominicana”.
Además de los indiscutibles aportes que hizo Matías Ramón Mella a la causa de la independentista nacional, realizó otro que lo llenó de gloria y lo enarboló con un hombre conocedor y manejador de los asuntos militares sin precedentes en la República Dominicana, este fue el Manual de Guerra de Guerrillas empleados por los héroes criollos en la Guerra Restauradora.
Sus restos reposan en el mausoleo que está detrás del Altar de la Patria, ubicado en el parque Independencia.
QueMasHago.com rinde tributo a la memoria de Matías Ramón Mella en el bicentenario de su natalicio. ¡Salve, padre de la Patria!