Desde pequeña era llevada a la dulcería "María La Turca", a veces por mis abuelos, a veces por mis padres... Durante mi infancia y adolescencia ésta era una parada obligatoria cuando se estaba de día en la Ciudad Colonial. La tradición continuó en mi vida adulta y, cuando la oportunidad lo permitía, hacía una pausa en ese lugar en el que, para mí, hacen el mejor dulce de lechosa cristalizada que he probado en mi vida y algunos de los más sabrosos dulces criollos que se pueden comprar en mi país.
Una tarde hice la acostumbrada parada y, para mi sorpresa, me encontré con que el lugar estaba cerrado. Noté que había un hombre sentado en uno de los portales cercanos y le pregunté ¿qué pasó? Me dijo que esta "sucursal" había cerrado y, al ver mi cara de tristeza añadío, "los dulces aún los puedes comprar en la Calle Las Carreras esq. Padre Billini, ahí atrás del cementerio". Muy curiosa y mucho más antojada emprendí la ruta y, efectivamente, allí le encontré.
Resulta que desde hace años este otro establecimiento (desconocido para mí) vende los mismos postres que vendían en el clásico rincón de la José Reyes casi esquina Mercedes.
Confieso que me costó creerlo y que me mantuve bastante escéptica hasta que probé un trocito de "alegría" ese caramelo de ajonjolí tostado que siempre ha logrado tocar mi alma, ahí no me cupo la menor duda: esta es la misma delicia que he comido desde siempre.
De lugares como este me encanta que, a través de los sabores, evocan recuerdos de la infancia, despiertan las memorias que partían de aquel fogón de las abuelas, que arrastraban a cuestas años y años de tradición, que se hacía con amor y se compartía entre gente querida.
En esta dulcería es maravilloso que, además de ofrecer una experiencia así de poderosa, lo hacen a precios tan ridículamente baratos como los que tienen y con porciones así de grandes como las que suelen presentar. Este lugar es un imperdible para quienes gustan o quieren probar la cara más dulce de la gastronomía de la República Dominicana y parada obligatoria para aquellos que desean hacer un poco de turismo gastronómico.