Foto: Maricha Martínez Sosa.

¡Todo lo que dicen sobre este destino no sólo es cierto, sino que le queda chiquito! 

Mucho se ha hablado sobre Bahía de las Águilas y yo, realmente, creía que la gran mayoría era producto de la exageración y grandilocuencia característica del dominicano que en muchos casos le hace ver el planeta en su propio ombligo. Nótese que digo creía, en pasado, pues bastó un viaje para entender que todo lo que se que se habla sobre este pedacito de costa se queda corto ante su majestuosidad.

Imagínate encontrarte en medio de la nada -casi literalmente- a tus espaldas un bosque seco con distintas especies de plantas que a la mirada desconocedora se asemejan a los cactus. Ante ti se encuentran kilómetros y kilómetros de arena blanca y aguas cristalinas. Son tu, la arena y el mar que se muestra ante tus ojos con una completa amalgama de azules, turquesas y cianes en un pintoresco fragmento monotonal que llega hasta el horizonte mismo.

Te invade el silencio, la soledad, no hay nadie a tu al rededor, incluso si vas en días feriados o fechas concurridas, pues hay playa para que todos se instalen con holgura en espacios que se tornan semi-privados. Apenas hay 'presencia del hombre' en un pequeño mirador colocado a la entrada de la bahía, después de ahí sólo habrá playa virgen y lo que lleves contigo.

Dejando la poesía y la experiencia a un lado, ¿qué es Bahía de las Águilas? Según el Dr. José Ramón Martínez Batlle, PHD en Geografía, la Bahía de las Águilas es un tramo del litoral occidental de la provincia Pedernales. Tiene forma cóncava y unos 8.5 km de longitud, de los que unos 5.4 km corresponden a playa en el tramo central y el resto lo constituyen 2 trozos de costa rocosa acantilada.

Para la determinación del valor real de este pedazo de costa el Dr. Martínez Batlle establece que "este arrecife es de importancia regional, por su escasa intervención humana, por su extensión y por su variada biodiversidad. [...] Su evolución reciente, sugiere que la gran extensión de la bahía permitió distintos ambientes sedimentarios, cuyos depósitos actualmente constituyen un registro paleoambiental de inestimable valor". Y, afianzando su postura en contra de la venta y explotación de la zona, afirma: "la bahía existe tal cual gracias a un delicado equilibrio entre geomorfología y biología en los últimos miles de años, y que con cualquier intervención se podría romper". Por ello no es de extrañarnos que esta singular bahía esté inscrita en varias figuras de protección legal dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de República Dominicana.

LLEGAR ALLÍ
Hay dos vías de acceso a Bahía de las Águilas, la más popular es en lancha pero para los más extremos hay un camino que puede ser recorrido sólo en vehículos de fuerza y de doble tracción.

Las lanchas las tomas en la comunidad de los pescadores. Puedes hacerlo con empresas estructuradas que te ofrecen paquetes turísticos pre-fabricados y masivos o irte por la opción de procurar a un lugareño y de paso contribuir con el desarrollo sostenible de la zona. Si optas por la primera opción, probablemente tengas incluido dentro del plan comprado un almuerzo, si te decantas por la segunda deberás informarle a tu guía/lanchero si deseas que a la hora del retorno acordado te guarden comida. Yo, evidentemente busqué a un pescador como guía y transportista, en ambos trayectos entablamos interesantes conversaciones sobre el entorno, la forma de vida y de sustento, las comunidades aledañas y otros temas que nos permitieron empaparnos un poco más de lo que estábamos conociendo.

Yo fui el día de mi cumpleaños, fue el regalo que le pedí a un grupo de amigos. Tenía la corazonada de que ese era el lugar idóneo para celebrar un nuevo año de vida y no me equivoqué. Si aún no visitas esta maravilla natural dominicana VE, es totalmente imposible arrepentirse y no he conocido al primero que no quede enamorado de su esplendor una vez pisadas sus blancas arenas y sumergido en sus cálidas aguas.

TODO lo bueno que dicen sobre Bahía de las Águilas es cierto y tu no deberías esperar ni un segundo más para descubrir esta maravilla quasi virgen que esconde el sur-oeste dominicano.