El pasado mes de diciembre decidí ejecutar una drástica decisión en la que llevé mi larga melena (casi por la cadera) a un curly bob (por encima de los hombros). Puedes leer mi experiencia y el proceso paso a paso en el artículo “Cambio radicalmente rizado”. Estoy feliz con los resultados del corte al punto de que si hubiera sabido la cantidad de piropos que recibiría, te juro que lo hubiera hecho antes. Además de que la facilidad de manejo que tengo ahora y la reducción del tiempo de preparación del cabello es increíble.

El problema vino cuando recibí la invitación a una boda, ¿qué haría con mi cabello? No quería ir con el mismo peinado que voy al supermercado, por bien que digan todos que me queda. Tenía ganas de hacer algo distinto, algo más formal y que fuera a juego con el look que tenía planeado para la noche. Busqué y busqué opciones en Google y me di cuenta de que estaba ante un problema. Así que hice lo que se debe hacer: acudir a donde quienes saben.

Con los dedos cruzados llamé nuevamente a “Miss Rizos Salón” donde intenté concertar una cita. Mala noticia: la agenda estaba llena. Como último grito de esperanza me anoté en la lista de espera y confié en que en algún momento recibiría la llamada.

Llegó el día de la boda, ya tenía un plan B en agenda cuando un número desconocido llamó a mi celular. Se había liberado un espacio para esa misma mañana y querían saber si aún estaba interesada. Me di una ducha, me añugué el desayuno y salí en modo racing para la Zona Colonial (he de confesar que por la emoción logré casi un tiempo récord).

Al llegar tuve la grata sorpresa de que quien me iba a atender era Arantxa, exactamente la misma chica que me realizó el nombrado corte. Le comenté los piropos que había recibido su trabajo y le expliqué la situación, le mostré el atuendo y accesorios que tenía en mente y le dije que ella tenía libertad y confianza total y absoluta para crear lo que quisiera con mi cabello.

Me presentó varias opciones y acordamos una que sonaba interesante: me haría un moño doble con un cintillo trenzado. Pasó el proceso de lavado, secado con difusor y conforme pasaba el tiempo el peinado tomaba más y más forma y captaba la atención de quienes estaban allí.

El resultado fue HERMOSO, puedo afirmar que nuevamente quedé fascinada con el servicio de este pequeño y pajonudo oasis. Como dicen que una imagen vale más que mil palabras… Acá los distintos ángulos y el como se integraron al “total look” de la noche.

A sinceridad, ¿qué te parece?

Si quieres experimentar con un estilo como este, visita a Miss Rizos Salón, Calle Isabel La Católica #260 esquina Calle Restauración, Zona Colonial, Santo Domingo, República Dominicana; pero no olvides primero hacer tu cita al teléfono: 809-682-8026 .