Foto cortesía de: Roland Liebetrau, Walflüsterer 2014.

Hace más de 60 millones de años un grupo de animales fue obligado a vivir en el agua para garantizar su supervivencia creando una transformación significativa en su cuerpo para poder adaptarse a este nuevo hábitat. Nos referimos a la familia a la que pertenece un adorable y pacífico mamífero acuático: el manatí.

La alimentación de estos "sirénidos" es completamente herbívora y se basa en aquellos vegetales que crecen en aguas poco profundas. Hasta el momento se han identificado tres especies: el Manatí de del Caribe, el Manatí de África Occidental y el Manatí Amazónico.

El Trichechus manatus o Manatí del Caribe, también llamado antillano o de la Florida, es el más grande que existe pues su cuerpo cilíndrico puede llegar a alcanzar un crecimiento de 15 pies de largo y superar las 3,000 libras de peso. Estos alcanzan la adultez luego de los 4 años y pueden llegar a vivir hasta 80 años.

La gestación de esta especie dura unos 13 meses y varía entre cada 2-5 años por madre, que no sólo se encargará sola de cuidar a su cría, sino que permanecerá con ella un mínimo de dos años dando su leche hasta que se complete la formación de los dientes.

Los manatíes del Caribe viven en aguas costeras cálidas y poco profundas y, al igual que otras especies, puede viajar a diferentes áreas en busca de la temperatura ideal del agua llegando a migrar unas distancias de hasta 500 millas cada estación.

La caza indiscriminada en busca de su carne y huesos ha hecho que se encuentre actualmente en crítico peligro de extinción, obligando al estado dominicano a la deignación, en 1996, de un un área especial para su protección y conservación.

Así fue como se creó, en la República Dominicana, el Santuario de Mamíferos Marinos Estero Hondo. Una zona ubicada en el municipio de Villa Isabela, Puerto Plata y compuesta por 48.36 kilómetros cuadrados de territorio tanto marino como terrestre que es actualmente funge como el más grande refugio de esta especie.

Te invitamos a conocer más sobre los manatíes del Caribe y a convertirte en un activo defensor de su protección pues su actual estado es crítico y es de nosotros -como individuos y como nación- depende su supervivencia.