Como mencionamos en el anterior 'conversado cultural' sobre patrimonio, en cada cultura y zona hay una serie de elementos que, por sus notables cualidades, tienen un “valor universal excepcional” ya sea desde el punto de vista de la historia, del arte, de la ciencia, de la conservación medioambiental o de la belleza estética. "Patrimonio de la Humanidad" es la marca bajo la cual la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) ha agrupado estos elementos. Y con ellos ha conformado una lista que a la fecha reúne a más de mil sitios que representan la diversidad de nuestro planeta y de las personas que lo han habitado, mostrando el desarrollo de la historia humana y celebrando lo mejor de lo que somos y creamos.

Anualmente revisada y actualizada, la lista está dividida en tres categorías: cultural, natural y mixta. En cada nueva inclusión se implica el cumplimiento de una serie de criterios, compromisos y la posterior recepción de beneficios (logísticos, financieros y promocionales) para cada nación. Este proceso es un importante paso dentro de los esfuerzos de gestión y preservación patrimonial, pues en el mismo se involucran tanto las comunidades locales como los encargados de los sitios y las autoridades nacionales. Ojo, se han dado casos en donde el incumplimiento de lo acordado lleva a la eliminación de sitios de este selecto grupo por lo que esta inscripción representa un gran compromiso.

La Lista del Patrimonio Mundial incluye, a la fecha, un total de 1.073 sitios distribuidos en 167 ‘Estados Partes’. De los inscritos: 832 son culturales, 206 son naturales y 35 son mixtos.

Los beneficios son muchos y entre ellos se destacan no sólo el acceso a ayudas y fondos internacionales, sino la colocación dentro del mapa de los más relevantes atractivos turístico-culturales del mundo y por tanto la apertura a un nuevo mercado con afluencia de viajeros interesados en el valor y autenticidad de cada destino, quienes suelen poseer mayores presupuestos que los turistas de todo incluido y consumir mayores montos en productos de manufactura local o artesanal.

Al respecto, interrogamos a una empleada de un recién restaurado sitio en Bayreuth/Alemania sobre los cambios entre el antes y después de su nombramiento como patrimonio de la humanidad, y ella nos confirmó que las oleadas de visitas se han potenciado de forma tal que han superado todas las expectativas, y que el aumento se debe sin lugar a dudas al interés despertado en el público internacional a raíz de la inclusión en el listado de la UNESCO.

¿Hay un número máximo de sitios que pueden estar en la lista?
No, está claramente establecido que no hay ni un mínimo ni un máximo, pues lo que importa es la excepcionalidad, autenticidad y relevancia de los sitios, no su cantidad. La UNESCO si ha mencionado que se está buscando nivelar el balance entre los sitios de tipo cultural y natural.

¿Por qué no se proponen más destinos?
Hay una larga espera de propuestas y nominaciones y llegar a ella es de por si un difícil logro. ¿En resumen? Primero hay que cumplir los exigentes criterios de selección, luego se debe demostrar por qué se posee un valor excepcional y por último tener un plan de gestión que demuestre cómo se protegerá y mejorará.

¿Qué de la República Dominicana?
Nuestro país ya figura en esta lista tanto de patrimonio material como del inmaterial y cuenta con varios destinos nominados... Pero de eso conversaremos en una próxima publicación sobre el patrimonio dominicano.

Sobre la autora
Maricha (María Isabel) Martínez Sosa es dominicana, egresada de las Universidades: APEC, Antonio de Nebrija y Católica Santo Domingo. Actualmente está realizando una investigación doctoral sobre la comunicación y difusión de la cultura en la República Dominicana bajo el programa de 'Industrias de la Comunicación y Culturales' de la Universidad Politécnica de Valencia, España. Esta publicación se nutre de su investigación y pretende acercarla, de forma coloquial, al público general.

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