Turisteo
- Detalles
- Escrito por Alexéi Tellerías
Ciudad primada de América, cuna de la civilización del nuevo mundo, modelo primigenio que luego vino a repetirse en el resto del continente, hogar del primer modelo de universidad europea establecido en 1538 por el papa Paulo III, sede del primer cabildo del nuevo mundo, hogar de un millón 403 mil habitantes (según el censo de 2014)… Muchos conceptos para hablar del mismo lugar que, evocando a Pedro Mir, se halla ubicado “en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol” o como le escribió Arístides Incháustegui, el “crisol de razas y utopías, tierra de glorias y agonías”.
- Detalles
- Escrito por Maricha Martínez Sosa
Ya no hay que irse de casa en casa por los pueblos para poder disfrutar del gusto que crea ver un buen plato criollo. De hecho ya no hay ni que ir a un restaurante para evocar en nuestras mentes el placer de presenciar la auténtica cocina dominicana pues hay un grupo de gente que se ha dedicado a darnos una especie de tour binario por nuestra gastronomía y lo hacen valiéndose, primordialmente, de una de las más populares redes sociales en la actualidad: Instagram.
- Detalles
- Escrito por Maricha Martínez Sosa
En la comunidad de “Los Calabazos” se paría tristeza, en la década de los 90’s la mortalidad infantil había diezmado a todas las familias que componían este pequeño asentamiento humano radicado en la falda de la Cordillera Central, en el camino a Manabao y casi al inicio de la más reconocida ruta ecoturística de la República Dominicana: el Pico Duarte.
- Detalles
- Escrito por Maricha Martínez Sosa
Ningún destino es para todos, pues como dicen por ahí: "para los gustos de hicieron los colores". De este lado de la pantalla nos hemos tomado la libertad de analizar las principales razones por las cuales consideramos que la República Dominicana puede que no sea un buen lugar para ti, tus inversiones y vacaciones. Vayamos paso por paso.
- Detalles
- Escrito por Maricha Martínez Sosa
Como seres humanos tenemos una tendencia a dar por sentado aquello que consideramos parte de nuestro día a día y de perder la capacidad de sorprendernos cuando las cosas se vuelven “normales”. Por ello hasta nos extrañamos al ver gente haciéndole fotos o apreciando la belleza de lo que para nosotros se ha tornado “cotidiano” y, a raíz de esto, logramos desconectarnos de los lugares a los que tenemos fácil acceso al punto de casi ignorar su existencia y con ello sus beneficios.